domingo, 5 de junio de 2011

LA LIBERTAD SINDICAL COMO DERECHO FUNDAMENTAL Y UN APUNTE SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL DEL SINDICALISMO ESPAÑOL







Las Jornadas de Albacete han versado esta vez sobre la libertad sindical como derecho fundamental. Durante las mismas se produjo el homenaje a Maria Luisa Suárez del que nos hemos ocupado en el post anterior de esta bitácora. Pero el resto de las intervenciones resultaron, como no podía ser menos, extremadamente interesantes. A continuación se reseña el evento, con especial hincapié en el resumen de la intervención de Rodolfo Benito, para el que se han utilizado los apuntes que de la misma realizó nuestro joven corresponsal en La Mancha, Judas del LLano.




El edificio Polivalente del Campus de Albacete ha acogido los días 2 y 3 de junio, las jornadas: "La libertad sindical como derecho fundamental", en las que han participado cerca de 300 personas. El seminario ha sido inaugurado con la presencia de sus directores: el decano de la Facultad de Relaciones Laborales y Recursos Humanos de Albacete, Joaquín Aparicio Tovar, y la magistrada de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, Petra García Márquez, que han estado acompañados por el vocal del Consejo General del Poder Judicial, Félix Azón, y el director del Gabinete de Estudios Jurídicos de CC.OO., Francisco Gualda Alcalá.


Esta es la cuadragésima edición de unas jornadas que reúnen en Albacete a magistrados de lo Social, profesores, abogados, sindicalistas e inspectores de trabajos, "que vienen a debatir uno de los temas más señalados que tiene el Derecho del Trabajo",- ha indicado Joaquín Aparicio momentos antes de la apertura del seminario, cuyo eje principal es la libertad sindical. En este sentido, el profesor Aparicio ha señalado a la libertad sindical como es uno de los elementos centrales del estado social y democrático del derecho, "y no se puede entender una sociedad democrática sin un desarrollo de esta libertad tan importante",-dijo.

Joaquín Aparicio habló también del programa de las mismas, y de éste destacó la ponencia dedicada al sindicalismo global, que ha sido tratada por el profesor de la UCLM Antonio Baylos . Un tema sobre el que Aparicio Tovar ha manifestado los cambios que está sufriendo este a nivel mundial y cómo superar las fronteras nacionales del mismo, "ya que hoy en día el sindicalismo es nacionalista, y esto es un error, porque el origen y lo que caracterizaba al sindicato era el internacionalismo, y para dar respuesta a muchos problemas, la respuesta nacional es insuficiente",-afirmó.

La primera intervención fue la de Rodolfo Benito, Presidente de la Fundación 1 de mayo y secretario confederal de estudios de CCOO, que fue presentado por Paco de la Rosa, secretario provincial de CCOO de Albacete.

Rodolfo Benito abordaba el tema de los retos del sindicalismo ante la crisis. Una crisis en la que se plantean en Europa propuestas degradatorias de los derechos laborales, del poder del sindicato y del Estado social. En la que por tanto la posición del sindicato es central como representante de los derechos de los trabajadores que se minoran. La percepción general del sindicato era que la salida de la crisis llevaría consigo una merma de derechos, pero el sindicato debía mantener su poder contractual intacto para recuperar esos derechos en un tiempo muy limitado. Sin embargo, esta forma de aproximarse a la salidad de la crisis hace que la posición del sindicato resulte clave. Por esto el tema de la negociación colectiva es cada vez mas determinante. Existen fuertes presiones para la deslegitimación de los sindicatos forzándoles a “reformular” su rol, debilitando su presencia y su incidencia. En España, la estrategia de ataque a los permanentes sindicales, se inscribe en esa tensión, como también las reformas para cambiar las unidades electorales alejándolas de los lugares de trabajo.

El proceso de diálogo para modificar la negociación colectiva no podía mermar el principio de contractualidad ni restringir el nivel de cobertura. El empresariado partía de una posición ventajosa, basada en el incremento de su poder contractual y la mayor flexibilidad en la empresa que le ha reconocido la reforma laboral de la Ley 35/2010. Pese a ello, patronal y sindicatos llegaron a un principio de acuerdo, ya escribiéndose, que se iba a trasladar al gobierno, pero se saltó por los aires al recuperar el discurso de máximos de la CEOE tras la “rebelión” de una parte de sus estructuras capitaneadas por el presidente de la patronal madrileña, CEIM. Este consiste en impedir por varios medios que el convenio colectivo esté en el centro del sistema de relaciones laborales. Un cambio radical que cuestiona el marco institucional de los últimos 30 años. Es una propuesta que ha tenido en cuenta el cambio del ciclo político. Pero más que eso, hay sectores económicos que quieren el rescate económico de España por la UE, porque entienden que el cambio profundo - las reformas “estructurales” – que se exigen desde Europa como contraprestación al rescate financiero son extremadamente ventajosos en términos de recomposición del poder económico y social y gozan de una presunción irrebatible de necesariedad que ninguna protesta en su contra podría prosperar. El memorándum de la UE y FMI a Portugal ha marcado un modelo y fijado la línea de acción de estos sectores económicos españoles. Ante la situación del marasmo social, se abriría la posibilidad de un cambio radical y decisivo en el esquema de relaciones laborales, con in dependencia de quien sea la fuerza político en el gobierno. La crisis aparece así como una oportunidad de un cambio sustantivo en la correlación de fuerzas y su encarnación institucional, aun al precio de elevados costes en términos de conflictividad social, que por otra parte, estos sectores económicos creen no muy extensa ante la cifra de trabajadores en paro.

La reconstrucción de la negociación colectiva en esta línea de los sectores económicos más agresivos tiene como modelo el británico-thatcheriano. Lo que en nuestro país hoy en día quiere decir reducción del ámbito de cobertura de la negociación colectiva y expulsión del sindicalismo de las empresas. Las propuestas van todas en este sentido: La adscripción de las empresas debe ser libre para vincularse a un convenio colectivo de carácter general. Sacar del convenio colectivo a la pequeña empresa. Dirigirse hacia el Pacto del Euro para la reducción de salarios: descentralización productiva, externalización. Derecho de separación de cualquier empresa del convenio colectivo sin intervención de la comisión paritaria. Sistemas de solución basados en la medición y en último término el arbitraje en casos de un tiempo largo sin llegar a acuerdo. Incluso, rompiendo con la propia noción de arbitraje como decisión de un tercero sobre un asunto litigioso de dos posiciones enfrentadas, la propuesta patronal pedía que el arbitraje solo se pronunciara sobre la propuesta empresarial. Reducción de derechos de información y de consulta y otras lindezas.

Pese a que se les ha dado tiempo para que volvieran al lugar en el que estaba el preacuerdo, la impresión era muy negativa. Los sindicatos trasladarán al gobierno el principio de acuerdo, siendo conscientes que el texto que emane del gobierno estará muy condicionado por las mayorías parlamentarias.

El sindicalismo debe pasar a una ofensiva decisiva. Pero una ofensiva que tiene en cuenta al movimiento 15-M que expresa un malestar latente en una parte de la sociedad española. Los sindicatos tienen que tomar nota. Intentar trabajar por convertirse en un referente de ese malestar, que le de cauce institucional al mismo. Que de propuestas a la protesta y a las reivindicaciones expresadas. Es necesario generar un proceso de movilización social cualitativo, con un elemento europeo e internacional. Superar la brecha de los sindicalismos norte y sur, un sindicalismo conscientemente global y recuperar la movilización europea frente a la desestructuración de Europa (deconstructing Europe). El 21 de junio hay una gran jornada de movilización manifestación en Bruselas y el 22 en España, movilizando a los representantes sindicales en los centros del trabajo. Buscando un sindicalismo de proximidad con el centro de trabajo. Y para ello impulsando cambios en el terreno organizativo, removiendo inercias y eliminando tapones, estando presencia en los lugares de trabajo, disputando el salario real.

Y modificar el empleo, en especial de los jóvenes. Hay que cambiar las estructuras de vinculación de la juventud, la educación y el empleo. Hay que movilizar a los jóvenes, menores de 35 años, 235.000 afiliados y 13.000 delegados. En cuanto a l ILP, esperamos el millón de firmas, a entregar el 16 de junio en el Parlamento. Cinco mil delegados concentrados. La reforma laboral es la causa del desbarajuste de la crisis y de las propias posiciones de la CEOE. Además del empleo no declarado y del fraude fiscal. Y, en fin, la defensa de los servicios públicos. Defensa de la estabilidad en el empleo.

Es mas que una frase decir que es la hora de la reivindicación del sindicalismo como instrumento que nos permitirá afrontar un proceso duro de degradación de derechos. Y en definitiva poder mantener un sistema democrático basado en el Estado Social.

La jornada de mañana continuó, en apretada síntesis, con la intervención de la magistrada del Tribunal Supremo, Maria Luisa Segoviano, sobre la problemática de la cuantificación de los daños y perjuicios sufridos por la vulneración de la libertad sindical, y la catedrática de Derecho del Trabajo de la Universidad de Sevilla María Fernanda Fernández López, que ha abordado la interpretación que el Tribunal Constitucional ha estado haciendo estos años de la libertad sindical, en un texto que publicará RDS en su número 54, aunque el broche a la sesión matinal lo ha puesto el homenaje a Mª Luisa Suárez, primera abogada laboralista en la Dictadura, que se ha mostrado muy emocionada por este recibimiento en la Universidad, donde ha presentado un libro de recuerdos sobre aquella época. Mª Luisa ha estado acompañada, como ya se ha recogido en este blog, por un amplio grupo de compañeros, camaradas y amigos.

Por la tarde, intervinieron Antonio Baylos, sobre la dimensión global de la libertad sindical, y Paco Gualda, sobre las garantías de los representantes sindicales en el ejercicio de sus funciones, dos intervenciones densas que si fueron seguidas de debate entre los asistentes.

Al día siguiente, tras la concurrida cena de la noche del jueves, las Jornadas concluyeron con las ponencias de Fernando Salinas, magistrado del Tribunal Supremo, sobre la intervención del sindicato en el proceso laboral y concursal, Carlos Alfonso, catedrático de la Universidad de Valencia, sobre la relación entre la negociación colectiva y la libertad sindical en el empleo público, y, por último, Eva Garrido, catedrática acreditada en la Universidad de Cádiz, abordó el tema de los derechos de información, consulta y participación de los representantes sindicales.

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