martes, 30 de octubre de 2012

LOS PROCESOS ESPECIALES EN LA JURISDICCIÓN SOCIAL





La editorial Bomarzo acaba de publicar una interesante monografía de la catedrática de la Universidad de Sevilla, María Fernanda Fernández López, sobre los procesos especiales que regula la nueva ley procesal de la jurisdicción social que, promulgada en noviembre de 2011, ya ha sido modificada (a peor) como consecuencia del RDL 3/2012 y, de nuevo empeorando su contenido, como consecuencia de la Ley 3/2012.A continuación se inserta una noticia sobre el libro, que resulta de extremo interés para los estudiosos del tema.



En el aluvión de textos legislativos de reforma del derecho de trabajo y de la seguridad social durante el trienio 2010-2012, la Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora del Orden Social de la Jurisdicción (LRJS),  cobra una cierta singularidad al tratarse, en sus contenidos y propósitos, de una norma distinta – “asintónica” ha sido denominada  – del resto de reformas sustantivas que se han ido encabalgando en nuestro ordenamiento jurídico en el contexto de las llamadas “reformas estructurales” requeridas por las políticas de austeridad. Quiere decirse que la LRJS está marcada por una lógica garantista de los derechos de los trabajadores que la singulariza respecto de las reformas “del mercado de trabajo”  emprendidas por el gobierno legislador “de urgencia”,  sin perjuicio de que esa lógica de tutela haya sido corregida a la baja en las recientísimas modificaciones que en el breve plazo de octubre del 2011 a febrero de 2012 ha sufrido la norma laboral, en una orientación de cuya constitucionalidad cabe dudar con mucho fundamento. 

La norma procesal laboral quiere ser por tanto un texto legal que articule una garantía eficaz de los derechos laborales y la tutela efectiva de los mismos, introduciendo modificaciones de importancia en cuanto al aumento de las competencias de la jurisdicción social, la resolución de algunos problemas interpretativos que se habían verificado en la práctica de la ley y, en fin, en la tendencia a considerar al juez de lo social como el garante ordinario de los derechos fundamentales  ejercitados en el trabajo. Esto hace, por consiguiente, que la reforma que pone en práctica la LRJS sea “ante todo, una reforma vertida en sus modalidades especiales”. Desde ese entendimiento, la profesora Fernández López aborda la exposición de los procesos especiales en la nueva ley de la jurisdicción social recalcando su “centralidad” a la hora de explicar y comprender el alcance de la reforma de la ley procesal. 

La autora reitera su opinión, no obstante, sobre la falta de entidad de algunos de estos procesos, que podrían integrarse perfectamente en las reglas del proceso ordinario, pero resalta las novedades que alteran – y fortalecen – la función del juez de lo social. De manera especialmente relevante en lo que se refiere a la atribución competencial en el ámbito de la intervención administrativa en el marco de las relaciones laborales, en donde se plantea como un problema abierto a la interpretación judicial la relación entre la LRJS y la ley de la jurisdicción contencioso-administrativa de 1998, pero también en la creación de nuevas modalidades procesales como son los procesos de impugnación de actos de la Administración. En otros procesos, como en el de materia electoral o en el de conflicto colectivo, las reformas ha n sido muy profundas, y la modalidad procesal de garantía de los derechos fundamentales ha visto perfilar con mayor energía la posición de tutela de los mismos por parte del juez de lo social. En el proceso de despido, por último, la LRJS acentúa el carácter revisor de las decisiones empresariales, frente a una dirección legislativa contraria presente en las reformas del 2012 que buscan la debilitación de la función jurisdiccional, constitucionalmente determinada, de controlar la corrección y causalidad de la decisión unilateral del empresario de extinguir el contrato de trabajo.

El libro de Fernández López aborda este conjunto de cambios mediante una exposición clásica, comenzando por los procesos de despido “y derivados”, para seguir con los procesos de oficio y monitorio, los procesos de seguridad social y de impugnación de actos administrativos  para por fin examinar los procesos colectivos  y el proceso de tutela de los derechos fundamentales y libertades públicas. Como nos tiene acostumbrados su autora, es un trabajo claro y terminante, bien escrito y estructurado a la perfección, en el que se encuentran las claves de la nueva regulación, sus titubeos y sus contradicciones, junto con las líneas críticas derivadas de un análisis impecable.

LOS PROCESOS ESPECIALES EN LA JURISDICCIÓN SOCIAL.
María Fernanda Fernández López. Editorial Bomarzo, Albacete, 2012, 236 pp, 28 €.
 

domingo, 28 de octubre de 2012

HACIA UNA ACCIÓN SINDICAL EUROPEA





Se ha celebrado en Florencia los días 25 y 26 de octubre un congreso internacional organizado por la CGIL Toscana, el IRES y la Fundación Ebert, que llevaba por título “Por la Europa del trabajo y del crecimiento”. En él se abordaban dos aspectos relacionados. En el primero, “el estado de la Unión”, se examinaba la iniciativa sindical frente a la crisis. El segundo, sobre la “Europa del mañana” se reservaba a las fuerzas políticas de la socialdemocracia italiana, alemana y española, con la presencia estelar de Jacques Delors y de Susana Camusso. Unai Sordo ha hecho en su blog una crónica muy detallada de estas jornadas con el título bien expresivo “Encuentro Florencia. El 14-N suma y sigue”, En el muro de Unai Sordo, al que remitimos expresamente.



La primera sesión dedicada a las iniciativas sindicales en Europa frente a las políticas adoptadas contra la crisis constaba de una participación de especialistas, uno desde el campo de la economía, Klaus Busch, de la Universidad de Osnabrück en Alemania, y otra desde el del derecho, Silvana Sciarra, de la Universidad de Florencia. Tras de estas intervenciones, se han sucedido las contribuciones de importantes dirigentes sindicales de distintos ordenamientos nacionales, en concreto el francés, griego, español, alemán e italiano. Por España intervenía Ignacio Fernández Toxo, también en su condición de presidente de la CES. 

El diagnóstico general hecho por los participantes hablaba de la creciente desilusión en un proyecto europeo que se presentaba negando su modelo social, desmantelando el estado social y debilitando a los sindicatos, con recetas económicas completamente equivocadas y con grave afectación de los derechos democráticos. Michael Sommer, presidente del DGB alemán mencionó expresamente el pacto de equilibrio presupuestario – adoptado fuera de los procedimientos legales previstas en el ordenamiento comunitario - como una “clara contribución a la cancelación de la democracia en Europa”. La expropiación del derecho de los ciudadanos de cada país a decidir sobre la dirección política que se quiere dar a la política económica y social del mismo no puede consistir en la regla de gobierno de la Unión Europea. El vaciamiento de la democracia es uno de los problemas añadidos a la situación que está creando la crisis y las políticas de austeridad.

Por eso la necesidad de consolidar la alianza de los sindicatos europeos y la convocatoria de una jornada de acciones colectivas para el 14 de noviembre. Como recordó Toxo, después de cuatro años de crisis, es la primera vez que se convoca una jornada de acciones colectivas por la CES. Las anteriores euromanifestaciones contra la austeridad, que se celebraron en Hungría o en Polonia, no fueron sino litúrgicas concentraciones de pocos dirigentes sindicales sin ningún relieve público ni eficacia alguna. La convocatoria de una jornada en la que coinciden en huelga general los trabajadores de Portugal, España, Grecia, Chipre y Malta, y que va a ser recibida con manifestaciones, asambleas y huelgas de menor duración en muchos otros países europeos, es un paso adelante muy importante. Ciertamente que ésta va contra la corriente hasta ahora imperante en la CES de no adoptar una posición activa  - y propia – en impulsar el conflicto en el nivel supranacional, limitándose a avalar las huelgas y las medidas de presión que realizaran los sindicatos nacionales, pero ya en el Congreso de Atenas se anticipaba este cambio muy importante en las prácticas del sindicato europeo precisamente en materia de huelga. 

La convocatoria se tiene que enfrentar con problemas derivados de una tendencia muy extendida en algunos espacios jurídicos nacionales a la reducción de la huelga a una medida de presión encerrada en la empresa y en el contrato colectivo. Frente a ello, como señaló Sciarra, el recurso a la legalidad internacional y supranacional – la OIT y el TEDH – es la salida que se auspicia para bloquear estas tendencias restrictivas sobre el conflicto, porque tanto la jurisprudencia del Comité de Libertad Sindical como la del Tribunal de Estrasburgo manifiestan una noción de huelga resistente a los intentos restrictivos de los diferentes sistemas nacionales y en concreto a la oposición a las huelgas de motivación socio-económicas. No obstante, la agresividad frente al conflicto como medida de presión colectiva es cada vez más intensa, como lo demuestra el veto pronunciado por los empresarios en la conferencia de la OIT. 

Pero los problemas más importantes no se residencian en el plano de la regulación  normativa, sino en el de la práctica sindical de los respectivos sindicatos nacionales, presos en la jaula de hierro de su “hábitat” estatal-nacional. Este es el gran problema al que se enfrenta la CES, con un sindicalismo acostumbrado a reaccionar únicamente ante los estímulos nacionales y, cuestión adicional no menos importante, en el marco de una relación convencional o contractual relativa a un interés profesional concreto. Además, y como otro factor de desestabilización de una actuación coordinada de los sindicatos europeos, la presencia en el gobierno de partidos políticos socialdemócratas – en especial el caso de Hollande en Francia – hace que la huelga o acciones colectivas se pueda leer como una desautorización de aquél en su dimensión europea. Aunque esta renuencia se presente a veces como una autolimitación del sindicato que, como afirmó el representante de la CFDT francesa Marcel Grignard, está habituado a convocar huelga sólo para reivindicar salarios o mejores condiciones de trabajo. Las peculiares querellas derivadas de la pluralidad sindical funcionan también en un sentido negativo, puesto que hay sindicatos – como señalaba Fausto Durante, responsable nacional de CGIL Europa – que votan una cosa en Bruselas y luego son renuentes a ponerlo en práctica en su país. En el otro lado del espectro político y sindical, algunos sujetos y movimientos, como los que apoyaban el Non Monti Day en Italia, rechazan la acción del 14 de noviembre por tratarse de una iniciativa que se sostiene sobre la necesidad de un gobierno económico de Europa en vez de enfrentarse decididamente a esta idea. 

Sin embargo, pese a todas estas reticencias, en la reunión de Florencia se produjo un “suma y sigue” como señala Unai Sordo, y no sólo se trabajó en el escenario, sino también fuera del palacio de congresos. La presencia del Presidente de la DGB y de los dos secretarios generales de la CGIL y de CCOO – y presidente de la CES – sirvió para trabajar en la respuesta que en Alemania y en Italia se iba a dar a la jornada del 14 de noviembre. La necesidad de trabajar con otros movimientos sociales, como sugiere el ejemplo español, generando un polo social que presione para reformular un nuevo pacto social y una refundación democrática y participativa de Europa, fue muy bien valorada como ejemplo. En Italia, la CGIL ha lanzado la propuesta unitaria a las otras dos centrales de realizar tres manifestaciones, cada una de ellas presidida por los secretarios generales de los tres sindicatos, y una huelga general de dos horas de duración, con asambleas y concentraciones. En Alemania, el presidente de la DGB manifestó en público su compromiso con la convocatoria del 14-N en aquel país. Aunque pensaba que los trabajadores alemanes son difícilmente movilizables en solidaridad con los de los países periféricos, confiados como están en el blindaje de su economía frente a la crisis, defendió la necesidad de impulsar estrategias compartidas del sindicalismo europeo. No será – dijo – una jornada de acción memorable, pero les garantizo que sí será una jornada importante de movilización de los trabajadores alemanes. El efecto dinamizador de la participación del sindicalismo italiano y alemán en la jornada, aunque con diferente intensidad, permitirá sin duda una dinámica de agregación en otros sindicatos / sindicalismos europeos.

La necesidad de una acción sindical conjunta y el desarrollo de estrategias cada vez más convergentes entre los distintos sindicatos nacionales se percibe no solamente como un objetivo, sino como un elemento central de la posición que el sindicalismo europeo tiene que ir asumiendo como condición de presencia y de influencia en ese espacio supranacional. Se concibe además como la posibilidad de que este sujeto sindical europeo obtenga una posición relevante, gane hegemonía cultural y obligue a otros sujetos – fundamentalmente políticos – a caminar en este mismo sentido de construir una Europa política y democrática, rechazando así la acentuación autoritaria de los procesos económicos en curso.




jueves, 25 de octubre de 2012

POBRES ABOGADOS DE EMPRESA: NO LES ES TAN FÁCIL DESPEDIR




Quizá no sea necesario advertirlo, pero las personas que están en la foto no son abogados de empresa.




En unas recientes jornadas de la autodenominada asociación de recursos humanos AEDIPE, los abogados de empresa han alzado su grito de dolor ante las dificultades que según ellos mantiene la reforma laboral en materia de despidos colectivos. El caso es que son muchas las decisiones judiciales que desautorizan los expedientes de regulación de empleo realziados con absoluto desprecio de los deberes de consulta con los representantes de los trabajadores  y sin la justificación que requiere la decisión del empresario de rescindir los contratos por motivos económicos. 

En el relato que de estas quejas realiza el diario salmón “Cinco Días”, el socio responsable del poderoso bufete empresarial Cuatrecasas, Salvador del Rey, definía la situación de forma alarmista: "El ordenamiento jurídico no puede poner trampas para osos por todos los sitios. Eso beneficia a los abogados pero no a las empresas". Hay que reconocer que la comparación de las empresas que despiden con los osos mutilados por los cepos – se supone que puestos por los abogados laboralistas, travestidos en cazadores avezados – es de gran efectividad expresiva.

La razón de la queja de los abogados de empresa se encuentra en que los jueces están ejercitando su función jurisdiccional de controlar si el poder de despedir unilateralmente por motivos económicos se ejercita correctamente conforme a los requisitos de forma y de fondo que señala una legislación que ha demolido los controles colectivos a estos despidos masivos. Lo dice Román Gil, socio del Estudio Jurídico Sagardoy Abogados que parece que tuvo una influencia determinante en la reforma del Partido Popular plasmada en el RDL 3/2012 y en las correcciones introducidas por la Ley 3/2012 con el apoyo irrestricto de CiU. La inmensa mayoría de las sentencias que han anulado ERE han argumentado defectos formales con la documentación o mala fe por parte de la empresa a la hora de negociar. La anulación por esta última circunstancia – remacha Gil - queda totalmente en manos de que el juez estime o no si la empresa ha ofrecido mejoras o alternativas suficientes a los despidos. El segundo problema con el que se enfrentan los abogados de empresa es aún más peliagudo, se trata, en sus propias palabras,” no tanto con la prueba de las causas como con el hecho de si los jueces deben juzgar o no la proporcionalidad de los despidos”, porque “pese a que la nueva ley precisa que los jueces no deben valorar dicha proporcionalidad, en la práctica no está claro”. Para Gil, esta cuestión debería limitarse al fraude de ley, "a poco que la medida sea razonable, el juez debería aceptarla” sin valorar por tanto su proporcionalidad. Con ello los abogados de empresas manifiestan una añoranza por el juez-notario, que da fe de una decisión del poder privado empresarial que no sólo es definitiva – como sucede – sino también debe ser irrebatible e inoponible. Por eso el coro de abogados al final – como señala Miguel Cuenca, de KGPMG abogados – insiste en la inevitable queja sobre la inseguridad jurídica que está planteando el sistema.

No se trata que los abogados de empresa sean perezosos y no quieran trabajar, aunque pueda deducirse lo contrario de lo que señaló Del Rey , ("No puede ser que con la nueva ley en los despidos colectivos la empresa y los abogados tengamos que emplear horas y horas solo planificando las cuestiones formales"), el desagrado de estos poderosos asesores del poder económico va dirigido a otro fin. Se trata de presionar a los jueces "superiores" - en especial los magistrados del Tribunal Supremo, a los que se piensa más "sensibles" ante este requerimiento - para que cambien su posición institucional y acepten el papel subordinado a la discrecionalidad – y arbitrariedad – empresarial que la legislación reformada ha querido entronizar, contrarrestar la presión en la opinión pública sobre la incapacidad del empresariado en mantener un tejido industrial en términos razonables durante la crisis sin necesidad de acudir a la desertización de las plantillas y la destrucción del empleo, y naturalmente, hablar al gobierno – amigo y siervo a la vez – para que tome cartas en el asunto y consagre eficazmente de una vez la intangibilidad absoluta del poder privado en los lugares de trabajo. 

Lamentablemente para ellos, los jueces y magistrados saben que tienen que garantizar la tutela judicial efectiva y realziar su función jurisdiccional, y los abogados laboralistas y sindicales saben que el espacio de los derechos es un espacio de lucha en el que no cabe desconocer el marco constitucional, la vigencia del derecho al trabajo y los límites a la libertad de la organización de la empresa.

martes, 23 de octubre de 2012

SOLIDARIDAD DEL SINDICALISMO AMERICANO CON EL EUROPEO.





Aunque todavía no existe la percepción global de lo que supone la consecución, por vez primera, de una acción europea global de rechazo a las políticas de austeridad, haciendo coincidir la convocatoria de huelga general en países como España, Portugal, Grecia y Chipre con manifestaciones y concentraciones en los 27 países de la Unión, este salto adelante del movimiento sindical como sujeto político y democrático está teniendo repercusión en América Latina. Ayer mismo se publicaba el presente artículo de Víctor Báez, secretario general de la Confederación Sindical de las Américas - CSI en donde se expresa de manera muy neta la solidaridad activa - sin excluir acciones colectivas al menos en los países en los que la situación sindical es muy complicada - con el sindicalismo europeo y en concreto con los sindicatos de España y Portugal, cuya cercanía al sindicalismo suramericano es evidente.Un texto por tanto a tener en cuenta en este camino largo - y obstaculizado continuamente por todas las fuerzas de la reacción - hacia la huelga general y la jornada de resistencia europea del 14 de noviembre.
 


EL SINDICALISMO DE LAS AMÉRICAS CON EL SINDICALISMO EUROPEO
Víctor Báez, Secretario General CSA - CSI




El sindicalismo español, portugués y griego han acordado acciones publicas articuladas (huelgas) este próximo 14 de noviembre, ante la funesta política de sus gobiernos, bajo la influencia de la equivocada línea Europa de “salida de la crisis”.

En realidad, las políticas de recortes son las responsables de la asfixia económica y del desmantelamiento del modelo social en muchos países de la Unión Europea.

La dinámica perversa del capitalismo, con sus ciclos de creación y destrucción de empleo, sobre lo cual a esta altura no hay discusión de que es su característica intrínseca, ha hecho que desde hace menos de tres años, la crisis, primero financiera, luego económica en general y ahora social llegara a varios países europeos.

Hasta hace poco, resultaba inimaginable que los sectores políticos de derecha y pro-empresarios copiaran el “Consenso de Washington” que en los años ochenta asolaron América Latina y el Caribe.

Es difícil creer que el modelo europeo de negociación colectiva sectorial y territorial, como superación de la negociación por empresa – nuestro paradigma en la búsqueda de una transformación del derecho colectivo en las Américas – fuera abandonado mediante reformas laborales espurias como la que se está desarrollando en España e Italia.

Este mismo año 2012 las organizaciones sindicales de las Américas hemos acompañado la huelga general en España, con acciones concretas de solidaridad.

Ahora, nuestras organizaciones hermanas del viejo continente, a través de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), también se solidarizarán con los trabajadores y trabajadoras de Grecia, España y Portugal.

El sindicalismo de las Américas no puede mantenerse ajeno a esa jornada histórica, en especial cuando nuestra lucha es contra la hegemonía del modelo neoliberal.

Por ello, proponemos retomar aun con más fuerza esta campaña, conscientes de que con la huelga en Europa se están jugando cartas políticas fundamentales.

Porque si triunfa la derecha con su política de recortes laborales y sociales, ello tendrá consecuencias negativas inevitables en los derechos de los/as trabajadores/as de las Américas.

De hecho, la política económica errada de esos países puede tener consecuencias muy duras para las economías de los nuestros, como ya se está avizorando.

El caso mexicano, hondureño y paraguayo

En pocos días, el 27 de octubre, estaremos realizando en Madrid un nuevo Encuentro Sindical Iberoamericano.

Esta será una oportunidad ideal para expresar de manera clara y rotunda este apoyo de Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas (CSA), de manera que los gobiernos europeos lo registren y vean la repercusión que está alcanzando, merecidamente, su diabólica política de ajuste.

Desde la CSA solicitamos a nuestras organizaciones afiliadas y fraternales que el 14 de noviembre realicen acciones públicas notorias ante los medios de comunicación y movilizaciones ante embajadas y filiales de empresas de esos países.

Esta campaña da también la posibilidad de que el sindicalismo de las Américas englobe la crítica a lo que sucede en Europa con lo que acontece en algunos países americanos.

Es que esta solidaridad con España, Grecia, Portugal y Europa en general no puede realizarse desde un triunfalismo americano.

La coyuntura relativamente favorable de nuestra región, en lo económico y social, incluye intentos de reforma laboral desde los poderes políticos y económicos que van en la misma dirección que la regresión europea.
La campaña será una queja y presión simultánea hacia los gobiernos que de uno y otro lado del Atlántico
El caso mexicano, hondureño y paraguayo hablan por si solos, con los proyectos de promoción de la tercerización, flexibilización y los contratos por hora. Hace poco tiempo conseguimos detener la “ley chorizo” panameña, que iba en igual dirección.

Estamos también a la expectativa que el partido demócrata norteamericano gane las elecciones, para evitar que, en caso contrario, el enfoque fundamentalista del partido republicano incorpore nuevos problemas a la de por sí delicada situación de los trabajadores de ese país.

De uno y otro lado del Atlántico

Por tanto, la campaña será una queja y presión simultánea hacia los gobiernos que de uno y otro lado del Atlántico, persisten en hacer retroceder las conquistas alcanzadas durante mucho tiempo, insuficientes pero bien encaminadas, como parte de un largo proceso de avances en la igualdad.

Al mismo tiempo será un llamamiento a que nuestros gobiernos se decidan a reaccionar ante la crisis mediante la adopción de modelos de desarrollo sustentable que coloquen a la igualdad como el eje de sus acciones, en lo que la fiscalidad y el trabajo decente tienen un lugar clave.

Para ayudar a la difusión de estas acciones, y siguiendo el procedimiento utilizado hace pocas semanas con la Jornada Mundial del 7 de octubre, la CSA habilitará en su página web una sección provisoria en que las organizaciones puedan comunicar estas acciones, preferiblemente con un registro filmado y auditivo.

Hasta esa fecha, desde la CSA aportaremos a esta campaña una serie de notas que vayan mostrando distintas facetas de la dramática situación en Europa.

Los trabajadores y trabajadoras de Europa se han solidarizado con nosotros en innumerables ocasiones, combatiendo junto a nosotros los asesinatos, los gobiernos dictatoriales, la persecución antisindical.

Es hora de devolver en parte esa solidaridad recibida. El sindicalismo de las Américas debe decir presente el 14 de noviembre. Por ellos y ellas, por nosotros y nosotras.